Obras / prólogo de Antonio Marichalar

Por: Vega, Garcilaso de laTipo de material: TextoTextoIdioma: Español Series (Austral, 63)Detalles de publicación: Buenos Aires : Espasa-Calpe, 1944Edición: 3a edDescripción: 171 p. ; 18 cmTema(s): LITERATURA ESPAÑOLA | POESIA ESPAÑOLA | LITERATURAResumen: Egloglas: El dulce lamentar de dos pastores. En medio del invierno está templada. Aquella voluntad honesta y pura. Elegías: Aunque esté grave caso haya tocado. Aquí, Boscán, donde el buen troyanno. Epístola: Señor Boscán, quien tanto gusto tiene. Canciones: Si a la religión desierta, inhabitable. La soledad siguiendo. Eon un manso ruido. El aspereza de mis males quiero. Si de mi baja lira. Sonetos: Cuando me paro a contemplar mi estado. En fin, a vuestras manos he venido. La mar en medio y tierras he dejado. Un rato se levanta mi esperanza. Escrito está en mi alma vuestro gesto. Por ásperos caminos he llegado. No pierdas más quién ha tanto perdido. De aquella vista pura y ecelente. Señora mía, se de vos yo ausente. Oh dulces prendas, por mí mal halladas. Hermosas ninfas, que en el río metidas. Si para refrenar este deseo. A Safne ya los brazos le crecían. Como la tgierra madre que el doliente. Si quejas y lamentos pueden tanto. No las francesas armas diosas. Pensando que el camino iba derecho. Si a vuestra voluntad yo soy de cerca. Julio, después que me partí llorando. Con tal fuerza y vigor son concertados. Clarisimo Marqués, en quién derrama. Con ansia extrema de mirar que tiene. En tanto que de rosa y azucena. Ilustre honor del nombre de Cardona. Oh, hado esecutivo en mis dolores. Echado está pór tierra el fundamento. Amor, amor, un hábito vestí. cosca, vengado estais, con mengua mía. Psando el mar Leandro el animoso. Sospechas, que en mi trste fantasía. Dentro de mi alma fué de mi engendrado. Estoy continuo en lágrimas bañado. Mario, el ingrato amor, como testigo. Gracias al cielo doy que ya del cuello. Boscán, las armas y el furor de Marte. A la entrada de un valle, en un desierto. Mi lengua va por do el dolor la guía. Siento el dolor menguarme poco a poco. Canciones en versos castellano. Culpa debe ser quereros. Yo dejaré desde quí. Acaso supo, a mi ver. Pues este hombre perdí. De la red y del hilado. Qué testimonios son estos? La gente se espante toda. Nadi puede ser dichoso.
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Egloglas: El dulce lamentar de dos pastores. En medio del invierno está templada. Aquella voluntad honesta y pura. Elegías: Aunque esté grave caso haya tocado. Aquí, Boscán, donde el buen troyanno. Epístola: Señor Boscán, quien tanto gusto tiene. Canciones: Si a la religión desierta, inhabitable. La soledad siguiendo. Eon un manso ruido. El aspereza de mis males quiero. Si de mi baja lira. Sonetos: Cuando me paro a contemplar mi estado. En fin, a vuestras manos he venido. La mar en medio y tierras he dejado. Un rato se levanta mi esperanza. Escrito está en mi alma vuestro gesto. Por ásperos caminos he llegado. No pierdas más quién ha tanto perdido. De aquella vista pura y ecelente. Señora mía, se de vos yo ausente. Oh dulces prendas, por mí mal halladas. Hermosas ninfas, que en el río metidas. Si para refrenar este deseo. A Safne ya los brazos le crecían. Como la tgierra madre que el doliente. Si quejas y lamentos pueden tanto. No las francesas armas diosas. Pensando que el camino iba derecho. Si a vuestra voluntad yo soy de cerca. Julio, después que me partí llorando. Con tal fuerza y vigor son concertados. Clarisimo Marqués, en quién derrama. Con ansia extrema de mirar que tiene. En tanto que de rosa y azucena. Ilustre honor del nombre de Cardona. Oh, hado esecutivo en mis dolores. Echado está pór tierra el fundamento. Amor, amor, un hábito vestí. cosca, vengado estais, con mengua mía. Psando el mar Leandro el animoso. Sospechas, que en mi trste fantasía. Dentro de mi alma fué de mi engendrado. Estoy continuo en lágrimas bañado. Mario, el ingrato amor, como testigo. Gracias al cielo doy que ya del cuello. Boscán, las armas y el furor de Marte. A la entrada de un valle, en un desierto. Mi lengua va por do el dolor la guía. Siento el dolor menguarme poco a poco. Canciones en versos castellano. Culpa debe ser quereros. Yo dejaré desde quí. Acaso supo, a mi ver. Pues este hombre perdí. De la red y del hilado. Qué testimonios son estos? La gente se espante toda. Nadi puede ser dichoso.

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